coaching sistemico

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COLORES

COLORES

jueves, 25 de noviembre de 2010

old times bad times new times good times




Es más difícil luchar contra el torrente desbocado del mundo en el que vives; que te arrastra mientras vas golpeándote contra las rocas y arañándote con las ramas de los arboles de la orilla; mas si lo intentas, tendrás la recompensa de la Libertad, que, aunque dura y dolorosa, es inmensamente Divina.

Cantando bajo la lluvia



Había una vez un avaro que enterraba todo su oro y sus tesoros al pie de un árbol que había plantado en su jardín. Todas las semanas se acercaba al árbol, desenterraba el tesoro y lo contemplaba durante horas. Pero un día se fijo en ello un ladrón, y una vez se hubo ido el avaro, desenterró el tesoro y se lo llevó. Cuando a la semana siguiente el avaro fue a desenterrar el tesoro, lo que encontró fue un gran agujero vacío. Comenzó a dar alaridos de dolor, al punto, que sus vecinos acudieron corriendo a ver que le pasaba al pobre viejo. Este último, les contó con una grandísima aflicción lo que había ocurrido y cómo no podría volver a contemplar su tesoro nunca más.
Unos de los vecinos le preguntó:

- ¿Empleaba usted su oro en algo?
- No - respondió el avaro - lo único que hacía era contemplarlo todas las semanas.
- ¡Bueno! - le volvió a contestar el vecino - Entonces por el mismo precio puede usted seguir viniendo todas las semanas y contemplar el agujero.



El miedo que produce el sonido de una estampida de ñus



Se dirigía la Peste rauda y veloz hacia Damasco, cuando paró a la puerta de la tienda del Jefe de una Caravana del Desierto.
- ¿A dónde vas tan deprisa? - le preguntó mientras sorbía su te caliente.
- A Damasco; voy a cobrarme un millar de vidas.
De regreso de Damasco la Peste volvió a parar en la tienda del Jefe de la Caravana.
- He oído que te has cobrado 50.000 víctimas, y no el millar como me dijiste.
- No es del todo cierto - le respondió la Peste - yo sólo me he cobrado las mil vidas que te dije; el resto se las ha llevado el miedo.



Un coach en New York



Un médico decidió que había llegado el momento de decirle a su paciente que la enfermedad que padecía no tenía remedio, y le quedaba muy poco tiempo de vida.
- Debería usted poner sus asuntos en orden ¿Hay alguien a quien desearía ver?

- Si - le respondió - el paciente con un hilo de voz.
- ¿A quién? - le preguntó el médico.
- A otro médico.


chavatares y chavatarines



Una familia fue un día a comer a un lujoso restaurante. La camarera tras tomar nota de los adultos se dirigió al más pequeño.
- Tú mi rey¡¡ ¿qué vas a tomar?
El chiquitín todo ilusionado le pidió a la camarera:
- Quiero un perrito caliente.
Antes que la camarera pudiera tomar nota la madre se alzó y espetó:
Nada de perritos calientes ni tonterías, tráigale un buen plato de verduras cocidas.
La camarera hizo que no oyó a la madre y se volvió a dirigir al muchacho.
- ¿Lo quieres con mostaza o mixto?
- Mixto - respondió el muchacho.
Y la camarera se fue a efectuar el pedido. Al cabo de unos tensos segundos la cara del muchacho se iluminó y exclamo:
- ¿Habéis visto? Se piensa que existo.


crecimiento personal, cuestión de instinto






Los seres humanos reaccionan no frente a la realidad, sino frente a las ideas que tienen en su mente:
Había una vez un grupo de turistas que se habían quedado aislados en un lugar desértico y, como no tenían mas alimento que unas latas de conserva, cuyo plazo de caducidad ya había expirado, decidieron dárselas a probar a un perro a ver qué sucedía. El perro se comió una lata y estuvo el resto del día tan contento. Esa noche los turistas tuvieron una copiosa cena. Pero al día siguiente se enterraron que el perro había muerto y fueron presa del pánico. Hubo fiebre, vómitos y ataques de disentería. Con mucho esfuerzo consiguieron hacerse con los servicios de un médico local para que les tratara el envenenamiento. El médico se interesó por los detalles y sobre lo que le había ocurrido al perro. Preguntó a un vecino  que había sido testigo de lo ocurrido con el animal y le contestó al médico:
- Ah¡¡, ese maldito perro¡¡. Siempre tan despistado. Anoche fue atropellado al ir a cruzar la carretera.

El coachavatar que todos llevamos dentro





Había una vez dos residentes de un colegio para sordomudos que se estaban peleando. Llegó entonces un profesor a separarlos, y comprobó que uno de ellos le estaba dando la espalda al otro partiéndose de risa.
- ¿Dónde está la gracia? ¿Por qué está tu compañero tan enfadado? - le preguntó por señas al que se estaba riendo. Y éste le respondió al profesor, también por señas:
- Porque está tratando de insultarme y echar pestes sobre mí, pero yo me niego a mirarlo.

Figuritas de plomo





- Me gustaría que vistieras más de acuerdo con tu posición social. Es lamentable que vayas siempre tan desaliñado.
- Yo no soy ningún desaliñado.
- Sí que lo eres¡. Recuerda a tu abuelo, siempre tan elegante, con sus trajes caros y perfectamente cortados.
- Vaya¡¡ precisamente son los trajes del abuelo los que yo me pongo.

La tercera edad y el coaching sistémico




Una muy buena mujer se lamentaba a su anciana madre de lo que ella consideraba malas costumbres de los jóvenes de su barrio los fines de semana:
- La culpa de todo la tienen los automóviles. ¿Te das cuenta mamá, de que hoy en día los jóvenes son capaces de recorrer cientos de kilómetros para asistir a un baile o a una cita?; ¿A que en tus tiempos no era así?
- Bueno¡¡ La verdad es que en mis tiempos también íbamos hasta donde podíamos.


Constelaciones familiares





Había una vez una niña que había ido a la playa con su madre:
- Mami, ¿puedo jugar en la arena?
- No mi vida, no quiero que te ensucies el vestido.
- Mami, ¿puedo andar por el agua?
- No cariño, que te mojas y te resfrías.
- Mami, ¿puedo jugar con los otros niños?
- No cielo, a ver si te vas a perder.
- Mami, ¿me compras un helado?
- No mi amor, que luego te duele la garganta.
Entonces la niña se puso a llorar desconsolada, y la madre volviéndose hacia otra señora que estaba a su lado le dijo:
- Por todos los Santos, ¿ha visto usted que niña tan histérica?

martes, 23 de noviembre de 2010

coachs y couchs



En cierta ocasión un joven escritor le comentó a Mark Twain que estaba perdiendo la confianza en sí mismo como escritor.
- ¿No ha experimentado nunca usted, Sr Twain, la misma sensación?
- Si, en efecto, a los quince años de estar escribiendo me di cuenta que no tenía el más mínimo talento para ello.
- Y ¿Que hizo usted, dejó de escribir?
- Para nada, para entonces ya era famoso.


jueves, 18 de noviembre de 2010

Cosas de la gente



El propietario de un parque de atracciones se quejaba de la ironía que suponía el hecho, de que mientras los niños lo pasaban en grande en su parque, el solía estar por lo general deprimido.
-       “¿Qué preferirías ser: el propietario del parque o divertirte?”, le preguntó el Maestro.
-       Ambas cosas.
El Maestro se fue sin decir una palabra más.
Cuando más tarde le preguntaron a este respecto, el Maestro se limitó a citar las palabras que un vagabundo le había dirigido a un rico terrateniente: “tu posees la propiedad y otros disfrutan del paisaje”.